CRÓNICA DE UNA RENUNCIA ANUNCIADA
“A las ocho de la noche (hora de Roma) la Santa
Iglesia Romana quedará vacante. Benedicto XVI ha pasado a ser Sumo Pontífice
emérito”
Recibí una llamada el pasado lunes 11 de Febrero por la mañana. Luego de conversar sobre el tema al que se
debía la llamada, me comentan a forma de epílogo: EL PAPA HA RENUNCIADO. Situación que me generó duda e incredulidad.
Ingresé a las redes sociales, y efectivamente EL PAPA HABÍA RENUNCIADO.
Páginas oficiales de la Santa Sede, creyentes, anunciaban con algo de sorpresa
su aceptación a determinada decisión y respaldo al Sumo Pontífice. Resaltan que
es un gesto de humildad y valentía. Un gesto digno de elogiar.
Los diarios al día siguiente, hacen de sus primeras planas la foto del
Santo Padre, tal cual hubiera fenecido y la iglesia se preparará para un
próximo cónclave. Espacios televisivos crean un segmento en honor de la
coyuntura que ha iniciado esta renuncia. Suenan rumores de los posibles
sucesores y hasta se habla de un Papa Africano.
El Papa ha reunido a la curia romana, y aprovechando el motivo de la
reunión que los citaba – una causa de canonización – lanza al mundo su mensaje:
CONSCIENTE DE MI FALTA DE FUERZAS RENUNCIO AL MINISTERIO PETRINO. Gesto digno
de elogiar y también de imitar, para otros tantos que se enquistan en el Poder,
y que aún con sus limitaciones y errores sonados a vox populi, por terquedad, no
lo abandonan.
Reconozco que en la Audiencia General del Papa, en la que
tuve la suerte de participar, el dos de marzo del año 2011, en Roma,
pude apreciar su cansancio y su ya notoria ancianidad, pero nunca pensé esta resolución de su parte.
Subo a un taxi a los dos días de anunciada la renuncia, y el hombre del volante
me recalca algunos errores de la iglesia, y por supuesto también las virtudes.
Me menciona que Benedicto XVI no es como Juan Pablo II, que es muy frío, que no
tiene carisma. Y que está renuncia – no dada hace más de cinco siglos en el
papado – es por algo, porque algo anda mal.
Efectivamente, estando en Orlando, Florida, vi en una cadena de Televisión
Mundial, algunas supuestas causas de la renuncia del Papa: Él había encargado
investigar a tres cardenales de su entera confianza, supuestos actos de corrupción
dentro de la Santa Sede. Los resultados no fueron muy alentadores, por cual el
Papa, con sabiduría pensó – creo yo – esto lo debe solucionar alguien más
joven, con más fuerzas. Hoy, también un diario de circulación nacional ha
publicado en primera plana: BOTAN DEMONIOS, calificando a los tres cardenales
investigadores como los “007”. En fin, especulaciones, o realidades, el tiempo
y la verdad han de dictar sentencia sobre los supuestos.
Luego de anunciar su renuncia, el Santo Padre ha recibido el caluroso
afecto de miles de católicos, presentes en la ciudad eterna (peregrinos) y de
otros miles por las redes sociales.
Si bien es cierto Benedicto XVI, fue el sucesor de un gran Papa, lo cual le
jugo mal al ser comparado por muchos con su antecesor, ha sabido llevar las
riendas de la Iglesia, con tranquilidad, humildad y sencillez. Su personalidad
un poco tímida, por su misma condición de haber sido durante 25 años prefecto
para la congregación de la doctrina de la Fe, se ha ido moldeando y adaptando
durante los casi ocho años de su pontificado.
Una mente poderosa y un “humilde trabajador de la viña del señor” pueden
describir su personalidad. Personalidad acompañada de humanidad, al tocar un
piano y de otro tanto de realidad humana al tener un hermano sacerdote que
comparte con él tiempo como una familia común y corriente.
La cátedra de Pedro, quedará vacante el Jueves 28 de Febrero a las 20:00
horas (hora de Roma). El Santo Padre, - que llevará el título de Sumo Pontífice
emérito, vestirá Sotana Blanca y usará zapatos marrones – tomará un descanso
durante dos meses en la residencia Papal de Castelgandolfo, tiempo en el que
tardaran las refacciones del convento “MATER ECCLESIE” ubicado en la Santa
Sede, para su posterior uso por el Sumo Pontífice Emérito hasta el final de sus
días. Así mismo su secretario particular. Arzobispo Georg Ganswein – consagrado
obispo en la fiesta de la epifanía del Señor por Benedicto XVI – continuara siendo
su principal colaborador y auxiliar.
No sabemos si volverá a aparecer públicamente Joseph Ratzinger. No sabemos
si volverá a ser visto o tener contacto con fieles y prelados que diariamente
visitan la Santa Sede. Pero sabemos que ha sido un Hombre de Dios valiente al
renunciar a tan alta dignidad para dar paso a alguien que puede sobrellevar y
solucionar la carga.
Las ventanas de Cristal del balcón de bendiciones de la basílica de San
Pedro, se abrirán a partir de la quincena de marzo. Luego que los cardenales
lleguen a un consenso y elijan al 266º sucesor de San Pedro. Una fumata blanca
anunciará al mundo el HABEMUS PAPAM. ¿Qué tipo de Papa necesita la Iglesia? Uno
joven, enérgico, cercano a la feligresía. Uno que haya sufrido para poder
entender el sufrimiento. Uno que sea duro para combatir errores y carismático
para pastorear a sus ovejas. Uno que sepa llevar la barca de la iglesia a
adaptarse a los nuevos tiempos. Un Papa cuyo plan de gobierno – al igual que
Benedicto XVI – sea la voluntad de Dios.
GRACIAS SANTO PADRE, GRACIAS POR TU HUMILDAD Y TU EJEMPLO DE VALENTIA.