LOS ASUNTOS SOCIALES – Y HASTA HOY VIGENTES – EN LOS QUE SE OCUPÓ EL PADRE Y MAESTRO DE LA JUVENTUD.
Juan Melchor Bosco Occhiena nació hace 205 años en el hogar de Francisco y de Margarita, humildes campesinos y hombres temerosos de Dios. Tuvo por hermanos a Francisco (del primer matrimonio del padre) y a José.
Juanito, quedando huérfano de padre poco antes de
cumplir los tres años, quedaría predestinado por la Divina Providencia para ser
el padre de otros tantos huérfanos de su tiempo y de hoy.
La vida de San Juan Bosco es fructífera, inspiradora y
animadora para jóvenes y adultos. No en vano se han escrito números textos y
artículos sobre su vida, obra y legado.
Don Bosco fue profundamente hombre y profundamente santo. Sin lugar a dudas, su personalidad: casi única y su “muñeca” para fundar y gestionar sus obras son características que ensalzan la personalidad del Padre y Maestro de los jóvenes. No olvidamos su fama de santo y de profeta. Sin embargo, hoy, en el día que recordamos su 205 aniversario natalicio, nos concentraremos en los ASUNTOS SOCIALES en los que se ocupó, asuntos que incluso hoy continúan pendientes de resolverse.
“HONRARÁS A JUAN BOSCO
QUE SE CUIDÓ DE LOS POBRES Y EDUCÓ A LOS HUMILDES”
Esta es una frase al interior del libro rojo de Mao Tse Tung, quien pese a no ser contemporáneo
de Don Bosco – pero asumimos conoció su obra -
exaltó su labor social en su famoso texto.
También, el gran literato Víctor Hugo, luego de un encuentro con Don Bosco en París diría: “Don Bosco, HOMBRE DE LEYENDA”.
Precisamente, Don Bosco no fue únicamente un hombre
religioso que se limitó a predicar el Evangelio y administrar los sacramentos.
FUE UN HOMBRE CON PROFUNDA PREOCUPACIÓN SOCIAL Y DE FÉRREA INTENCIÓN DE CAMBIAR
LA VIDA DE LOS MÁS NECESITADOS, ESPECIALMENTE EN LOS JÓVENES.
El joven Juan
Bosco, en alguno de sus sueños luego de la muerte de Don Calosso, escuchó que “DIOS
NO ENVUELVE ENTRE PÉTALOS DE ROSAS A SUS PREDILECTOS”. Por ello, desde la edad adecuada ya trabajaba
en el campo – para colaborar con la manutención del hogar – y como joven, luego
de abandonar la casa, debe trabajar para otras personas (con los Moglia y los Turco) para poder pagarse los estudios y lograr su deseo de ser
sacerdote. Trabajó como pastor, sastre, herrero, carpintero y mozo de café; por
ello, quizás, que Mao haya tomado
sustento para mencionar a un santo en su libro rojo; un santo que cuando joven
se esforzó como “proletario” para poder acceder a los estudios y lograr su
anhelo de ser sacerdote.
Dicho este preámbulo, pasaremos a mencionar los cinco
asuntos sociales en los que se ocupó Don Bosco.
1.- EL PROBLEMA
PENITENCIARIO: Apenas ordenado
sacerdote Don Bosco se ocupa de asistir
a los presos de Turín. Al interior de la cárcel descubre una triste realidad:
nadie se preocupa por los muchachos, se vive un HACINAMIENTO y los que son
excarcelados vuelven a cometer delitos. Se dice a sí mismo: SI ALGUIEN SE
PREOCUPARA POR ELLOS SERÍAN DISTINTOS.
Don Bosco se toma en serio la atención de los
presos de Turín y de sus necesidades. Los atiende espiritualmente y procura
colaborar en el mejoramiento de sus necesidades. Precisamente, esta
preocupación lo llevó a solicitar a la autoridad civil en el año 1855 un paseo
al aire libre con más de 300 presos. Según D´Spiney,
la autoridad civil quiso dotar de carabineros que estén atentos a cualquier
desorden, pero Don Bosco rehusó porque creía que los jóvenes presos se
sentirían vigilados y no disfrutarían del paseo. Para sorpresa de los que veían
en la actitud de Don Bosco una amenaza, al retorno del paseo, ninguno de los
presos se fugó.
Don Bosco, por consejo de San José Cafasso, deja la atención de los presos de Turín al sufrir
una fuerte impresión e incluso desvanecerse al ver morir ante la pena de la
horca a uno de los muchachos que conoció durante su trabajo pastoral en la
cárcel.
D´Spiney también nos comenta que precisamente uno
de los tantos muchachos a los que Don Bosco atendió y conoció en la cárcel, por
desconocimiento de quién era su víctima, intentó asaltarlo. Don Bosco lo reconoció, le increpó
amorosamente su conducta, lo confesó y le dio unas monedas con la promesa de
que no vuelva a cometer tal acto.
Adicionalmente, debemos mencionar que Don Bosco, convocado por la Marquesa Barolo, atendió a las
jovencitas que presentaban conducta difícil y habían ejercido la prostitución.
2.- LOS DERECHOS
LABORALES: Como hemos
mencionado, Don Bosco cuando joven
fue un campesino y proletario; conocía bien el significado del esfuerzo del
trabajo para el sustento y para lograr los anhelos.
La época en la que ejerció los primeros años de su
sacerdocio en Turín estuvo marcada por la revolución industrial y la migración
del campo a la ciudad. Miles de jóvenes buscan trabajo y sufren en silencio,
por necesidad, el abuso de sus patrones. Resaltan de este grupo los LIMPIA
CHIMENEAS Y LOS ALBAÑILES. Don Bosco,
se preocupó de generar las condiciones DIGNAS DE TRABAJO Y DE RESGUARDO DE SU
INTEGRIDAD, incluso fungiendo como garante. Prueba de ello es que el primer
contrato laboral que existe en Italia y data de la fecha 8 de febrero de 1852
tiene la firma de Don Bosco y la de un aprendiz.
Adicionalmente, solía entre semana visitar a sus
jóvenes amigos para asegurarse de que todo marchase bien.
3.- LA EDUCACIÓN: Don Bosco conoció en la cárcel de Turín la
desgracia de los jóvenes que no son educados. Siendo así, comienza su obra del oratorio
todos los domingos, acogiendo a niños y jóvenes de la calle que no sabían leer
ni escribir. Los reunía para jugar, enseñarles el catecismo, a leer, escribir y
compartir una merienda. De esta manera Don Bosco, inspirado en San Francisco de
Asís, con un trato amable y cariñoso se gana a los jóvenes que cada semana
tocan a su puerta y aumentan en cantidad.
Posteriormente, el oratorio “errante” adquiere su sede
definitiva en la Casa Pinardi en el
barrio de Valdocco, en Turín. Estando
ya instalado con serenidad la preocupación de Don Bosco se concentró en que los
jóvenes recibieran instrucción, formación y aprendan un oficio para poder
defenderse en la vida. Para ello sustentó su sistema educativo en el SISTEMA
PREVENTIVO, es decir, un sistema basado en la RELIGIÓN, LA RAZÓN Y LA
AMABILIDAD.
Bajo este anhelo, desde el oratorio naciente con Bartolome Garelli, se preocupa en
enseñar a los muchachos el catecismo, a leer, escribir y la aritmética para
luego – por los oficios que había realizado cuando joven – enseñarles el oficio
de sastrería, carpintería entre otros.
Recordemos que de estos “corderos” que la Divina Providencia ponía en el camino de
Don Bosco, él los convertía en
pastores para que instruyan a los tantos niños y jóvenes que llegaban al
oratorio de Valdocco. Así se cumple
uno de sus sueños en el que los animales feroces se convierten en corderos y
los corderos se convierten en pastores.
Hoy en día este ideal educativo de Don Bosco sigue
vivo en todo el mundo, donde sus salesianos a través de escuelas, talleres,
institutos y universidades continúan formando jóvenes para el trabajo y para la
vida.
4.- EL HOGAR DIGNO Y EL
PAN: Don Bosco acoge en su casa a los
muchachos que no tienen hogar y tienen hambre. Recordemos el episodio en el que
uno de estos jóvenes toca una noche a la puerta mientras llueve. Don Bosco lo recibe, lo pone cerca al
fuego, Mamá Margarita le da de comer
una sopa caliente, unas sábanas y lo hace dormir a falta de colchón sobre la
paja. Esta no sería la única vez en la que Don
Bosco daría un hogar con amor – acompañado de su venerable madre – y
procuraría el pan – incluso hasta endeudarse – para sus queridos muchachos.
Es conocido el episodio en el que un niño llamado Felice Reviglio (que luego sería
sacerdote) subió a un árbol huyendo del maltrato físico de sus padres. Don Bosco subió hasta el árbol y por
poco cae de él, pero logró tranquilizar a Felice
y tenerlo en su casa, sin antes dejar de advertir a sus padres que recurría las
autoridades si lo seguían maltratando.
En un texto de D´Spiney
del año 1934 también encontramos a dos huérfanos a quien Don Bosco recogió y llevó a su casa. Carlos Gastini (posterior líder de los exalumnos de Don Bosco) quien quedó huérfano de madre
y padre; y, un coronel que luego de reconocer a Don Bosco en Roma se echa sobre
sus pies y le dice “YO FUI UNO DE ESOS HUÉRFANOS QUE RECOGISTE, FUISTE MI MADRE
Y MI PADRE”.
Para muestra de la intención de Don Bosco de acoger a tantos jóvenes sin hogar es que en 1865 el
oratorio de Valdocco recibió inspección de salud por las autoridades civiles de
Turín. A pesar que el informe fue desfavorable por el gran número de muchachos
que convivían, Don Bosco, no cedió en dejar de acogerlos y el aforo de
muchachos llegó a novecientos, incluso con acogida de chicos huérfanos por el
cólera.
5.- LA SALUD PÚBLICA
Don Bosco también conoció a las pandemias. En 1854,
junto a los jóvenes del oratorio afrontó al CÓLERA. La figura de Mamá Margarita nuevamente aparece en
esta escena, ya que, ella dispuso hasta de los manteles de la capilla para
cubrir a los pobres enfermos que abarrotaban las calles.
Don Bosco hace una promesa a sus muchachos: si se
mantienen en gracia de Dios no se contagiarán de la terrible enfermedad. LOS
ORGANIZA PARA QUE AYUDEN A LOS ENFERMOS.
Según Don
Lemoyne: "Empleó todas las precauciones posibles, aconsejadas por la
prudencia y la ciencia, para no tentar al Señor. Hizo limpiar bien los locales,
preparó otras habitaciones para disminuir el número de camas en los
dormitorios, y mejoró la comida, lo cual le ocasionó notables gastos"
(MBe, V: 70).
EPÍLOGO: En estas líneas hemos podido conocer el
sentir y la responsabilidad social cristiana de Don Bosco, esto nos demuestra que no fue ajeno a los problemas
sociales de su tiempo y que aún se encuentran vigentes en los nuestros. Don Bosco no se concentró en ser un
ermitaño y orar para la solución divina de los problemas, FUE UN HOMBRE DE ACCIÓN.
Quien obedeció sabe dar órdenes. Don Bosco, que trabajó, estudió y labró la
tierra, enseñó los oficios que aprendió y las primeras letras a sus muchachos
con el deseo de hacerlos hombres de bien.
Partiendo del ejemplo de Don Bosco, sus salesianos han replicado su obra y ejemplo en
diferentes realidades del mundo. Puntualmente, en el Perú, recordamos a dos
venerables sacerdotes salesianos: el Padre
Juan Bautista Gasbarri “Padre joven” quien fue durante muchos años capellán
de la cárcel “El Frontón”; y, al Padre
Ugo de Censi, quien en los andes del Perú realizó un “Valdocco peruano”
instalando renombrados talleres artesanales, oratorios, entre otras obras al
servicio de los jóvenes peruanos,
Que el ejemplo de acción social de San Juan Bosco sean motivo de animación
para que imitándolo no seamos ajenos a los problemas sociales del cada día y
que especialmente en esta pandemia del COVID se han incrementado. Que el
testimonio de acción social de Don Bosco “ANIME EL COMPROMISO EN ESTA SOCIEDAD”.